un esbozo de mí

Llevo la artesanía en la sangre.

Ya de niña mis manos trenzaban las palmas del domingo de ramos, estudiaba con aromas de azufre y trabajaba absorta en las aventuras de Pipi Calzaslargas. En mi casa se cosía, se hacía punto y ganchillo, macramé y todo el bricolaje habido y por haber.

En el corazón la espinita del arte.

Por los giros de la vida mi camino no me llevó a las aulas de arte como yo ansiaba, y así transité a través de la tienda de cestería familiar hasta una tienda de muebles y complementos de decoración que iba creciendo en exigencias y ahogándome en la misma proporción.

Nuevas miradas en el mundo me hicieron ver que podía dejarlo, sí, podía cerrar la tienda!!! ¡Era una idea que nunca había entrado en mi cabeza pero cuando lo hizo arrasó y en una semana ya estaba decidido, pero …para hacer qué? ni idea… Una llamada, un proyecto de interiorismo…. fueron largos años aprendiendo de forma autodidacta este complejo oficio, pero no vale relajarse, ¿verdad? que por eso están las crisis económicas, por obligarte a volver a empezar, de nuevo…. pero ¿por dónde?

Mis manos.

Empiezo a producir y vender pequeñas piezas en alambre que hacía un tiempo eran un divertimento. Después de algún que otro fracaso, es en la cuerda floja donde encuentro mi lenguaje y desde aquí quiero crecer y compartir, es mi expresión, mi pasión, mi vida y mi pan.